Letras
At 11:34 p.m. on
13 febrero 2005
En los siguientes 4 meses se levantarán 6 obras en las que he trabajado [claro, junto a un muy buen equipo] mas de un año y medio. Estoy algo cansado de ellas sin embargo la siguiente tanda de proyectos me inspiran a mandara a chingar a su madre al miedo [trabajo en 6 actualmente, y ocho mas en pie]. Esas seis las diseñe con cautela, aprendiendo el sistema. Me habían quemado varias veces. He diseñado bibliotecas, escuelas enteras, rascacielos y demás edificios para otras compañías. En este caso ya estas obras son completamente mías, estudiadas de mas, investigadas de mas, teorizadas de mas, criticadas de mas... No soy de los jóvenes afortunados que a los 30 años ya tienen tres edificios propios. Vengo de la escuela de los millones de dolares. Empece a trabajar para compañías que me dieron la oportunidad de llevar proyectos enormes. Tan grandes que cuando me independicé me tropecé varias veces porque mis proyectos eran muy pequeños y por esquís y ye no se llegaron a llevar a cabo, aparte cobro muy caro. Tengo un edificio en Rosarito ya construido, funky en la playa, tengo varios otros en LA y San Diego ambos míos como de otras compañías diseñados por mi. Estos que vienen serán en San Diego, nada mas míos, demasiada espera para llegar a esto, es como si alguien allá arriba se estuviese burlando de mi prolongando mis obras para ver cuanto aguanto. No es lo mismo llevar a cabo algo propio que trabajando para una compañía. Este escrito no creo tiene mucho sentido, es de los que normalmente borro al releer, pero bueno, me han recomendado no borrar mas. Mi punto es el siguiente: ¿para quien chingados trabajo? Y si alguien lee esto pensando en la carrera de arquitectura, pues chequen dato, fui a escuelas donde le vendí el alma al demon para poder pagar, han pasado 15 años y apenas empiezo a edificar proyectos propios, la carrera es una chinga, mis tantos clientes me mangonean como trapeador, me suena el fon 79 veces al día y me caga el telefono, bueno mil cosas pero bueno, la neta no importa cuanto estrés o mal pasada, no creo pudiera ser mas feliz en cualquier otro lugar. Tanto tiempo para poder ver algo mío, que hueva dirían muchos, pero lo bueno es que el tren arrancó, algo tarde pero arrancó, ahora, entonces, empezará la carrilla de a de veras.
Y otra cosa, ya no me da miedo la responsabilidad de cargar con todas esas personas que se han subido a mi tren, subanse chinge a su madre, subanse.
fucser