Letras



At 11:27 p.m. on 27 diciembre 2003



Yo conozco a un ángel, y vive en Tijuana. Es una maestra y se llama Yara, yo le digo Amparito. En su primera hazaña pedagógica hace un par de años, la mandaron a un terreno baldío cerca de un ejido en Rosarito. Le dijeron que aún había mucho que hacer en esa escuela pero que se aguantara poquito para que le construyeran un salón. En realidad, su "escuela" era una plancha de concreto cubierta con maya ciclónica para tapar el arduo sol o las lluvias de enero. Ella no se esperó a que le construyeran su salón. Formó un grupo de mamás de sus alumnos y se puso a pedir dinero a los negocios cercanos, a los rotarios y hasta cruzó la linea para ir a sacar para su saloncito. Compro sacos de cemento, fue por arena a la playa [cosa peligroso en la mezcla de concreto] y se puso a hacer su salón con ayuda de las mamás de sus chamacos. Ni la Secretaria de Educación Pública [SEP] ni el Sistema Educativo Estatal [SEE] le hicieron caso ni le ayudaron. Después de que esta incansable mujer de veintitantos años terminara una escuela de cuatro salones de clase, dos baños y una dirección, sin saber absolutamente nada de arquitectura o de construcción e ingeniería, le echaron el ojo los de la SEE y se dieron cuenta de que esta mujer era una maravilla, le ofrecieron un puesto para que se dedicara a buscar escuelas en los lugares mas pobres de Baja California y las mejorara construyendo salones o baños, jardines y patios. Se rodeo de mucha gente que le ayudamos ahora a diseñar, planear y construir [apropiadamente aunque con austeridad] salones y espacios de estudio para los niños que no se podían concentrar en aprender por que el frío de las mañanas es duro. Ella mantiene un salario de maestra por hacer este tipo de labor, consigue dinero y ayuda de varias compañías en ambas fronteras para poder construir y pagar el material y la comida de las humildes trabajadoras. Tiene grandes ambiciones me platica, a esta no la detiene nada. Me convence que algún día la SEP o la SEE me van a pagar aunque sea para los gastos en hacer estos proyectos. Lo que pasa es que estas entidades gubernamentales tienen dinero solo para los arquitectos que trabajan en las escuelas de mas prestigio o que están en lugares mas decentes en Tijuana. A Amparito se le notan unas ganas de convencerme para que no me desilusione y siga ayudándola, no sabe que yo ya me hice a la idea de no esperar dinero del gobierno.
No cabe duda de que en México seguimos ayudando a los que no necesitan tanto y a los que deberás no tienen en que caerse muertos, muy poca gente les hace caso.
Hace unos meses fui a una inauguración de la escuela La Esmeralda cerca de la Gloria, estaban varios funcionarios rindiéndose homenaje y aplaudiéndose por haber logrado esta que promete ser una "escuela ejemplar" para las comunidades rurales de todo el estado. Ya casi al final, un "hotshot" del poder ejecutivo de Baja California dijo: "...ah y antes de que se me olvide, también un aplauso a la morenita aquella que nos ayudo en esto, bravo!!!", ni de su nombre se acordó.







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